TONATICO-GRUTAS DE LA ESTRELLA

No sin algunos retrasos -dejaríamos de ser mexicanos sin ellos- finalmente el día domingo, emprendimos el camino rumbo a los alrededores de Tonatico; la noche anterior cobró la factura a algunos de los participantes que finalmente no asistieron, pese a ello, Alondra, Dewi, Alejandro y yo -también bastante destruida, debo admitirlo- nos dispusimos a pasar un excelente día fuera del ruido y los contaminantes propios de la gran Ciudad de México.

Apenas salir del Distrito Federal, los cambios en el paisaje empezaron a ser notorios, no importa cuanto nos quejemos de las lluvias, a la naturaleza poco le importa nuestra comodidad y nos hace evidente lo bien que le ha sentado la época de lluvias este año, paisajes absolutamente verdes y un nivel de humedad muy disfrutable así lo evidenciaron.

El primer lugar a visitar fueron las grutas de la estrella, ubicadas en el municipio de Tonatico y a tan solo unos minutos de Ixtapan de la sal, se trata de unos de las atracciones más visitadas en el Estado de México, aunque quizá debido al cierre reciente del ciclo vacacional de verano, corrimos con la suerte de encontrarnos con muy poca gente tanto en carretera como en las grutas.

Para acceder a las grutas se hace necesario descender un total de 400 escalones, pues el acceso se encuentra en lo profundo de una cañada, misma que puede apreciarse desde uno de los miradores ubicados a medio camino del descenso, por supuesto de bajada hasta las calabazas llegan, el problema después es la subida.

Empezando el descenso y sufriendo de antemano el regreso.

Las grutas se localizan en el río Zapote, una afluente del río Chontalcuatlan, así que la humedad se siente  y evidencia en los rotundos tonos verdes que nos acompañaron a lo largo de todo el recorrido, árboles totalmente frondosos, una pequeñita cascada y un puente colgante que se presta para las fotos y hacer sufrir a Dewi, que le tiene miedo a dichos inventos del hombre.

Ya en el acceso principal de las grutas la cosa pinta muy bien, la entrada es muy bonita y anticipa que adentro se pondrá aun mejor.  El recorrido no es particularmente largo, apenas un kilometro, además se encuentran perfectamente acondicionadas para recibir a los visitantes pues están iluminadas -en lo personal me parece que demasiado- y acondicionadas con senderos de cemento, puentes y escaleras, lo que hace el recorrido bastante seguro. Aunque pequeñas, su sin número de estalactitas y estalagmitas crean columnas, cuevas, amplias galerías y pequeños recovecos realmente bonitos.

Ya adentro de las grutas, con la ayuda del guía y a veces con muuuchas imaginación, pudimos ir apreciando las muchas formaciones que a la naturaleza le ha tomado millones de años formar y que los hombres han llamado de las más diversas formas "asegún" lo que se supone asemejan: Un mamut, el águila, un castillo, el quijote, etc...Yo escuchaba que todos decían "Ooooh siiiii", pero sospecho que era pura pose, porque yo pude identificar muy pocas, pero bueno, quizá solo soy una mujer falta de imaginación y poca fe, vaya usté a saber.

Uno de los pasajes que más me gustaron

Alondra muy atenta

Para los más osados y que dispongan de más tiempo, es posible realizar un recorrido alterno al tradicional o "turístico", por supuesto su costo es más alto -alrededor de 250 pesos-, pero me parece que vale la pena, es una forma diferente de conocer las grutas siguiendo el camino del río. Así que si la aventura es lo suyo, los operadores que prestan el servicio le proveerán todo el equipo necesario para realizar el recorrido, que incluye un rappel de 20 metros, el paso por algunas pozas de agua bastante fría y el paso por un adoratorio prehispánico al dios Tlaloc. Este recorrido se realiza después del recorrido tradicional y también tiene una distancia aproximada de un kilometro, pero éste se realiza en un tiempo de dos horas.

Una vez concluido el recorrido, aunque pensábamos comer en Tonatico, el hambre nos ganó la intención y le entramos con placer y pasión a unas deliciosas garnachas preparadas por Doña Martha, muy sabrosas por cierto, especialmente los tlacoyos de chicharrón, a los que Alex le entró con singular alegría. Una vez comidos e hidratados con bebidas propias para tal efecto, nos dirigimos, ahora sí, a Tonatico, que está a tan solo unos minutos. Se trata de un pequeño poblado, que a decir de los Nahuas -no se, yo no estuve ahí- es el lugar en donde habría  nacido el sol, vaya usted a saber, pero lo que si pudimos comprobar es que se trata de un lugar bonito para sentarse y ver pasar la vida con calma.

Fachada principal del santuario

El centro de atención de Tonatico lo ocupa el Santuario de Nuestra Señora de Tonatico, construida por los frailes franciscanos en el siglo XVII, se trata de una majestuosa obra de construcción de estilo neoclásico, muy bien conservada, algo que no se puede decir de muchas iglesias en el Estado de México y en el país en general.

Vista interior del Santuario

Apenas entrar, no puede dejar de llamar la atención el laminado de oro en la decoración y sus estupendos retablos y pinturas, por supuesto de carácter religioso.

Además del santuario y siendo domingo, encontramos puestos de lo más diverso, de artesanía, comida y tristemente de artículos de origen chino, cada vez más presentes en los mercados mexicanos. Pese a ello, Tonatico conserva un cierto aire de intimidad que muy pocos lugares tan cercanos a la capital aun conservan.

Cañada

Después del breve recorrido por el área central de Tonatico, nos dirigimos rápidamente al Parque el sol, con la intención de ver la cascada Tzumpantitlan, con una caída de más de 40 metros, en lo personal, siento una gran atracción por las cascadas y por los paisajes que incluyen agua en general, así que para mi, era un lugar obligado a visitar en esta salida, desafortundamente no solo se quedó por debajo de mis expectativas, sino que resultó bastante decepcionante.

Cascada de Tzumpantitlan

El parque es bastante más pequeño de lo que yo esperaba, las albercas un poco sucias (aunque no íbamos con la intención de meternos a nadar), pero sobre todo y lo mas lamentable, la cascada está contaminada, pues es claro que se vierte en el cauce del río que la abastece los desechos de la zonas circundantes. Una verdadera pena, porque la cañada en la que se encuentra ubicada la cascada es muy bonita, pero todo el tiempo el visitante se encuentra acompañado por el olor a aguas negras. Pero como siempre hay que ver el lado bueno de las cosas, el parque del sol y sus puentes colgantes nos dieron la oportunidad de torturar un poco más a Dewi brincando y moviendolos mientras ella cruzaba...somos malas personas, que le vamos a hacer.

Alondra, Dewi y Alex Cansaditos, pero felices